Es común en las consultas de Terapia de Respuesta Espiritual (TRE) que el Yo Superior de la persona indique que existe un contrato. Por eso se incluye este ejercicio, el cual recomiendo muchísimo para complementar la solicitud que se hace durante la TRE para que los contratos lleguen a feliz término.
Entendamos primero qué es un contrato psíquico. Al respecto, en el Manual de Ejercicios Pleyadianos se explica lo siguiente:
» En la vida diaria siempre se establecen acuerdos o contratos psíquicos con los demás. Algunos se corresponden con acuerdos conscientes, tales como una cita para comer o quedar con el compañero de piso en que uno hará la colada si el otro prepara la cena. Cuando la actividad finaliza, el contrato se disuelve y no quedan lazos.
Sin embargo, hay muchos tipos de contratos totalmente inconscientes o subconscientes que se establecen con los demás.
Algunos contratos deben liberarse porque usurpan el libre albedrío de modo inapropiado. Por ejemplo, he tenido numerosos clientes que tras el final de una relación no pueden olvidarla del todo y aceptar nuevas relaciones en su vida.
Por ejemplo, puedes tener un amigo con una inclinación fuerte a culpar a los demás. Tú, por otro lado, puedes temer llevar la contraria a alguien por miedo a que se enfade contigo y pierdas su amistad. De modo que este amigo y tú habéis creado un acuerdo inconsciente: Siempre te pondrás de su lado contra los demás en cualquier caso, y tu amigo nunca se enfadará contigo.
Este tipo de contrato es muy codependiente. Ayudas a este amigo a persistir en su actitud acusadora y negativa y él hace que no pierdas el miedo a la ira y al rechazo. Ninguno de los dos tiene mucha libertad para crecer y evolucionar en estas áreas de la vida. Por lo tanto, cuando descubras e incluso sospeches tener contratos poco sanos con otros, es importante despejarlos.
También me he encontrado con contratos entre ex amantes, comprometiéndose a tener hijos juntos aunque no pretendan reanudar su relación Estos tipos de acuerdos paralizan literalmente el área vital en particular que controlan; no dejan cambiar de idea, olvidar o hacer lo preciso para seguir adelante.
A menudo me encuentro con clientes que han establecido contratos como: «Si cambias, volveré contigo» o «te esperaré siempre» o bien «no me permitiré tener otra relación porque te abandoné y eso te provocó mucho dolor y enfado».
Si tiendes a absorber las emociones y los problemas de los demás, probablemente te ocurrió eso con tu padre, tu madre o con ambos cuando eras pequeño. Muchas familias tienen al menos un miembro que actúa de vertedero emocional para los padres y/o los otros hijos. Los contratos que regulan esto contienen variaciones específicas, pero tienen similitudes. Siguen unos ejemplos:
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Absorbes el miedo de tu madre para que sea más capaz de atender tus necesidades físicas. * Absorbes la ira entre tus padres para que no se hagan daño o te lo hagan, pero a ti no se te permite expresar ira.
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Al ser el hijo mayor, te ocupas de las necesidades físicas y emocionales de los más pequeños poniendo tus propias necesidades en último lugar. * Como tu madre ha dejado de atender y relacionarse sexualmente con tu padre, te conviertes en su esposa sustituta, absorbiendo su exceso de emociones y energías sexuales y permitiéndole tomar energía de tu segundo chakra cuantas veces lo precise.
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Tu madre te puede absorber la fuerza vital siempre que quiera porque te dio la vida y, por lo tanto, se lo debes. * Te sientes culpable de ser una carga para tu madre o tu padre, así que te aprestas a absorber sus emociones y su dolor y a darles tu energía.»
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EL EJERCICIO PROPUESTO ES EL SIGUIENTE:
1.- Identifica algún contrato que tengas con un amigo, pareja, familiares o compañeros.
3.- Visualiza un documento legal en cuya parte superior figure la palabra «CONTRATO».
4.- En la parte inferior del contrato, a un lado, verás tu propio nombre.
5.- En el lado opuesto verás el nombre de la persona o grupo con quien has establecido el acuerdo.
6.-Ahora debes decirte de qué trata el contrato o visualizar las palabras del contrato si lo prefieres.
7.- Escribe «ANULADO» sobre el contrato de tu puño y letra, en letras grandes y rojas.
8.- Rompe el contrato en dos y quémalo en un fuego de color normal.
9.- Repite el proceso a partir del paso 3, esta vez usando un contrato que tengas con otra persona o grupo. 10.- Cuando termines, abre los ojos.
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