Qué encontrarás en este artículo
Internet y los medios son manifestaciones del plano astral (cuarta dimensión) donde la energía de los contenidos negativos – cargados de miedos, rabias y tristezas, entre otras de cualidad densa- se convierten en virus psíquicos altamente contaminantes.
Hoy día es natural participar en las redes sociales. Su uso es tan popular y extendido que las pocas personas que no tienen al menos un correo electrónico y alguna cuenta en Facebook, Twitter, Instagram o en alguna otra red destacada, son vistas como anticuadas y extemporáneas.
¿Qué es lo que hace la mayoría en esos espacios virtuales? Muchos exponen momentos de su vida a través de fotos, videos y comentarios. Otros comparten sus sentimientos, opiniones y críticas sobre su propia situación, la de otros, la de grupos, la de su país y hasta la del mundo. Una gran parte usa las redes como canales informativos, difundiendo o replicando informaciones publicadas por otros.
También sirven como medios publicitarios, permitiendo a particulares y empresas promocionar eventos y productos. Hay quienes aprovechan para difundir pensamientos positivos, pero igualmente hay quienes ventilan sus rechazos, problemas y diferencias a través de las redes sociales, dándose casos de discusiones y «peleas virtuales», que cuentan -de paso- con una multitud de espectadores que las disfrutan o las rechazan.
Se usan también como vía de castigo. Ya es costumbre exponer a los demás, sea que haya cometido un delito o hecho comentarios y tenido comportamientos que se consideran impropios, a a la ira pública (las llamadas funas). Una especie de linchamiento público que equivale a tomarse la justicia por propia mano (ojo por ojo…). Abundan incluso los cuentos de funas aplicadas solo por rumores e información no comprobada.
Desde la perspectiva común la mayoría de estos usos son normales y aparentemente no tienen mayor trascendencia, más allá de servir para la interacción social, como entretenimiento y fuente informativa y hasta como medio educativo, según gustos y criterios propios. Aunque son conocidas las advertencias sobre los peligros de ofrecer en demasía datos de la vida privada y de utilizar internet y las redes para citas a ciegas, establecer noviazgos, hacer amistades e incluso para transacciones financieras.
Ahora bien, ¿qué sucede desde una perspectiva energético-espiritual? En términos generales -al igual que en todas nuestras interacciones- en internet y en las redes sociales estamos movilizando energía positiva o negativa, dependiendo del tipo de publicaciones que se suben a la red.
Pero, a diferencia de la comunicación personal donde lo que decimos o repetimos tiene un alcance menor, en este medio nuestros comentarios y envíos tienen un carácter público, llegando a nuestro círculo de amigos y seguidores, quienes con un simple clic en el signo «compartir», hacen que el mensaje sobrepase nuestros círculos. Esto es lo que hace viral a la comunicación por este medio.
Llama la atención que justamente se asigne ese término para definir la forma en que las publicaciones por internet pasan de un usuario a otro. Y es que desde el punto de vista energético justamente es lo que ocurre, aunque en este caso se trata de virus psíquicos.
Esotéricamente, internet y los medios de comunicación son manifestaciones físicas del plano astral, dimensión invisible donde pululan las emociones y pensamientos colectivos, mayormente de baja densidad, incluyendo miedos, odios, tristezas, rabia, etc.; los que, a su vez, pueden afectar nuestros cuerpos mentales, emocionales y espirituales.
En consecuencia, las publicaciones, réplicas y reenvíos que hacemos en internet y las redes, movilizan energías de ese plano y tal como se expresa en canalizandoluz.com:
«Los virus pueden ser espectros,cascarones, parásitos psíquicos, contaminación psíquica, armas psicotrónicas, que ingresan en los cuerpos espirituales y se caracterizan por la reprogramación de los infectados, afectando sus planos de consciencia con distinta incidencia. La infección afecta un plano en forma predominante hasta que se generaliza.»
Por tanto, lo que se hace viral no es solo la información que se difunde, sino esas energías astrales que la acompañan y van afectando a las mayorías.
«La infección del cuerpo emocional es contagiosa a gran escala…El contagio puede partir de unos pocos y afectar a grandes sectores de población, aun el mundo entero.»
Es por tanto, energía no resuelta que se acumula, aumenta y ejerce una presión que busca válvulas de escape poco adecuadas.
Lo vemos en la siguiente cita :
«En un estadio de fútbol se crea un cascarón colectivo de energías psíquicas que los jugadores solo pueden “quemar” corriendo y “el orgasmo”, la descarga de esa energía psíquica, es el gol. ¡Pobres de los jugadores si el gol no se produce…! Esa energía no ascendida es la que crea la violencia en los encuentros deportivos a la salida de los estadios entre los que pierden, si no, la misma violencia, se transforma en euforia para los que ganan. Es lo mismo pero cambiado de polaridad.»
Brinda Mair, canalizandoluz.com
Campo para el vampirismo
La energía no ascendida, movilizada en internet y en las redes, también es campo de cultivo para el vampirismo psíquico.
«Los vampiros psíquicos son seres vivos que poseen la capacidad innata de “robar” la fuerza vital de su víctima, la energía a veces conocida como “chi” o “prana” en los círculos esotéricos y ocultistas en general. Pero también están los vampiros de energía espiritual, que son criaturas astrales de los niveles más simples, también conocidas como bajos astrales…»
La psicología reconoce la existencia de seres humanos capaces de imponer las emociones negativas sobre los demás, alimentándose de las emociones para el beneficio de ellos mismos. La ciencia los llama vampiros emocionales.
Sin embargo, esto puede ocurrir a través de varios procesos, incluyendo el contacto visual, el contacto físico, el astral y otros medios. Otra fuente es el medio ambiente circundante, incluyendo las ondas de radio, ultravioleta, infrarrojas, y el resto de los espectros electromagnéticos.
Por tanto, los medios de comunicación es donde se encuentran los más poderosos vampiros psíquicos, ya que debido a su naturaleza, atraen a millones de personas de todo el mundo.
Cómo ascender la energía
¿Que hacer entonces? Es absurdo a esta altura proponer el no uso de las redes sociales, pues existen innegables ventajas: mucha información requiere ser conocida y compartida, es posible conocer personas y grupos afines, existen muchos contenidos educativos necesarios. Sin internet, por ejemplo, esta lectura no estaría disponible.
La solución tampoco es aconsejar que se difundan solamente mensajes positivos. Sabemos que no es posible y obviamente, para muchos, es sociológica y políticamente indispensable que se publiquen todo tipo de contenidos, tomando en cuenta que la pluralidad ideológica, el derecho a la información y la libertad de expresión son valores sociales importantes.
El dilema es parecido al que se presenta con el uso de los medios ya denominados tradicionales (radio, TV, prensa), aunque con internet y las redes sociales se magnifica, debido a la capacidad que ofrecen al usuario común de participar tanto en la creación como en la difusión y consumo de información.
A lo anterior se suma el tema de la difusión de contenidos más personales, dado que para muchos las redes sirven como mecanismo de liberación para su mundo mental y emocional, muchas veces sobrecargado de energía negativa.
«La “víctima” no tolera su carga. No sabe lo que le ocurre pero siente intranquilidad a un punto tal que el no poder ascender la energía hace que busque a otra persona para compartir su carga. Generalmente puede tomar un teléfono y llamar a una amiga o a un pariente “para contarle lo que le pasó” y le deja todo o parte de su carga 4D (energía de cuarta dimensión o astral). Sumamente patológico y común.»
El problema cuando la descarga energética se hace a través de las redes es su cualidad viral, y por tanto, contaminante, lo cual convierte el proceso en un círculo vicioso.
Por ello, responsabilidad y consciencia podrían ser dos palabras a tomar en cuenta al momento de publicar y reproducir algunos mensajes.
Una forma de ascender la energía es la publicación o el reenvío de mensajes añadiendo aportes positivos y soluciones a lo que se plantea; o bien, el no reenvío de contenidos demasiado negativos, aquellos que trascienden a tal punto el objetivo informativo que sabemos movilizarán solo tristeza, rabia, miedo, angustia y odio.
Otra forma de ascender la energía densa es el silencio, pero no un silencio que implique ignorancia, evasión o indiferencia ante los hechos negativos que ocurren, sino un silencio que busca no ser contaminado para colocarse en una perspectiva superior al plano astral, al tiempo de tratar de ayudar a quien desea soltar su carga.
Al saber que muchos contenidos son mecanismos de descarga del plano astral, podemos ver y leer esos mensajes, podemos incluso chatear con alguien que necesita esa liberación, pero siempre encomendando tales contenidos a la luz para ser transmutados.
Deja una respuesta